Que risa me da el titulo que he puesto , vacaciones de 5 días, cuando el jefe quiere, los días que quiere, y aún creo que tendré que darle las gracias. Ayer lunes, como siempre estaba a las 8 en punto trabajando y a eso de las 9'20 entra mi jefe con esa cara y ese genio que nunca lo ha tenido, y que por supuesto parece como si hubiese sido satanás quien esta metido en su cuerpo. No me acuerdo si dijo buenos días, pero la frase que últimamente le gusta mucho es la de "que hace Vd. aquí", váyase a su casa que esta semana está de vacaciones, como mas adelante comprendereis recogí mi bolso y me fui, cualquiera se queda con semejante toro bravo, madre mía quien me iba a decir a mi que después de 33 años trabajando para él iba a tener que lidiar con un toro sin ser torera. Como desde que me incorporé a mitad de Junio todo son, no le corresponde esto, no le corresponde aquello, etc., pues si no me correspondían vacaciones, ya que al parecer estar de baja casi 3 años, de hospital en hospital, de ingreso en ingreso, operaciones, pruebas muy desagradables, etc. todo significa que me he estado dándome la vida padre, pues le envié un telegrama donde por mes trabajado me correspondían 2'5 días, indicándole que la última semana de Septiembre me la cogía de vacaciones, pues me iba a ir con mi hijo a Valongo(Portugal) a un Certamen de Magia, pues el año pasado ganó un premio (es evidente que es mago, aunque solo tiene 16 años) y éste año no se va a presentar porque quiere disfrutar de esos días, sin pasar los nervios del concurso. En fin me he quedado sin poder ir a Portugal, que por un lado con lo de mi padre no me apetecía mucho, pero con todo lo que llevo pasado desde Junio pues creo que me hubiera venido bien desconectar de todo esto, pero en fin mi jefe ha triunfado. Pero él no sabe que a quien mas daño ha hecho es a mi hijo, pues a pesar de su edad y debido a mis enfermedades ha madurado mucho, y el pobre tenia muchas ganas de que fuéramos mi marido él y yo juntos a ese viaje, porque sabe todo lo que estoy sufriendo y son tantas veces las que me ha visto llegar del trabajo llorando que él también está sufriendo.
Bien sabe Dios que no le deseo ni a mi jefe ni a su familia ningún mal, pero como yo soy creyente y no hay Juez que supere a Dios, en su momento él pondrá a cada uno en su sitio.
Bueno como he empezado la casa por el tejado tendré que empezar a contaros esta desagradable situación desde el principio.
